
Alternativa por Alemania (AfD) ha ganado esta semana en Turingia y ha quedado en segundo lugar en Sajonia. Es grave, porque es un partido extremista que no cree en la democracia, y se explica porque en la antigua República Democrática Alemana hay mucha gente desencantada con el sistema, que lo pasa mal y que, a qué negarlo, no parece estar incómoda con modelos autoritarios. Es un aviso para toda Europa y, especialmente para Alemania, donde hay elecciones generales el año próximo.