
Misiones: Crece demanda en comedores y Nación no envía recursos
La crisis nacional golpea con fuerza al sector social
La situación económica nacional es difícil para los sectores vulnerables de la población. Aunque la inflación se frenó, la pérdida de valor adquisitivo y el congelamiento de sueldos en los diferentes rubros impactan en los bolsillos de los vecinos. Esto no sólo se nota en las bajas ventas en los comercios, sino también, en el alarmante incremento de comensales en merenderos y comedores.
Al respecto, el ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Fernando Meza, indicó a El Territorio que este aumento en la demanda de ayuda responde a diferentes factores. “La recesión económica en búsqueda del equilibrio fiscal que propone la Nación, viene generando procesos de reestructuración, no sólo en el comportamiento de las familias, sino también en el consumo; es decir, de qué manera nos comportamos y de qué manera consumimos. Hay un enorme desafío en fortalecer la política de asistencia alimentaria ante la crisis social actual, la Provincia y los municipios vienen haciendo una enorme tarea para sostener sus comedores y merenderos vigentes, en todos ellos se pueden visibilizar un incremento en la demanda”, afirmó.
Seguidamente, sostuvo que “en base a charlas y entrevistas con distintas familias, nos expresan que había personas, como cuentapropistas o trabajadores independientes, que antes podían hacer alguna changuita que le genere algún tipo de ingreso y llevar el sustento al hogar. Hoy esa faltante de oportunidades reales en la calle (cortadores de pasto, podadores urbanos, lavadores de autos, albañiles, etcétera) al no tener ingresos, intentan compensar esa faltante en comedores”.
“Otra causa puede ser la discontinuidad de transferencias a comedores que hacía el Estado nacional a través de distintas organizaciones. Esa red de protección alimentaria directa - en su gran mayoría, a través de comedores barriales- a partir de diciembre dejó de recibir los víveres”, agregó. “¿Por qué si baja la inflación no aumenta el consumo? Claramente la búsqueda del superávit fiscal y la reducción de los índices de la inflación, responden a políticas macroeconómicas que están alejadas de la realidad de la economía hogareña de los hogares”, manifestó, al tiempo que añadió: “La Argentina construyó después de la crisis del 2001, una malla de protección social amplia, pero que a los niveles inflacionarios por los cuales transitó nuestro país en los últimos años, se torna realmente insuficiente. Me refiero a la prestación Alimentar y las transferencias dirigidas a las infancias, como las Asignaciones Familiares por Hijo, además de las pensiones por discapacidad, las pensiones no contributivas, Asignación Prenatal, entre otros”.
Remarcó que “las provincias hacen un enorme esfuerzo para sostener los programas vigentes, fiel reflejo de eso es la propuesta del presupuesto, donde más del 75% del mismo está destinado a la salud, la educación y el desarrollo social”.
La situación de los comedores
En Posadas, un ejemplo de este panorama tiene lugar en la cocina centralizada del barrio Santa Rita, que continúa cocinando para los 80 comedores que tiene a cargo. Gustavo Antúnez, encargado de la Cocina Central, contó que desde allí se provee de alimentos de lunes a viernes a más de 150 familias. “Cocinamos y llevamos diariamente la comida a 80 comedores, pero el problema radica en el pedido que nos realizan las encargadas de comedores: cocinar más porque aumentó la cantidad de comensales”, señaló Antúnez en diálogo con Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7.
Según dijo, los comedores tenían entre 45 y 50 tuppers de comida; hoy esa cifra paso a ser de 70 raciones. “Llegamos a las zonas más vulnerables, no sacamos ni dejamos a asistir a ningún comedor a pesar de toda esta crisis. Para dar un ejemplo, personas que trabajaban en la obra pública que hoy está parada se tuvieron que volcar a buscar la comida en los comedores de los barrios”, explicó. “Nuestra comida sale temprano, para las 11 de la mañana ya están los comedores para tratar de asistir a los chicos antes de ir al colegio y los que salen del colegio también, que todos tengan su plato de comida en la mesa”, dijo.
En San Pedro el escenario es más complejo. Desde la municipalidad se dejó de brindar asistencia con alimentos para comedores o merenderos desde diciembre del año pasado, cuando se dio de baja el programa nacional de Emergencia Alimentaria. Por esa razón, se han cerrado más de 25 espacios que brindaban asistencia con merienda principalmente, muchos de ellos proyectos particulares y otros dependían de organizaciones sociales.
A la fecha, en la zona urbana de los once merenderos con lo que contaba la organización Darío Santillán, sólo funciona uno en barrio Cristo Resucitado que asiste los lunes a unos 30 niños y niñas con la merienda. En este caso se solventan con recursos propios.
En tanto, en Terciados Paraíso funcionaban tres merenderos, algunos con más de 80 niños que se acercaban para recibir un vaso de leche, pero por falta de recursos dejaron de funcionar en lo que va del año. “La gente pide, pregunta, pero sin ayuda es imposible seguir. Además, son espacios donde se detectan muchas cosas y se acompaña con contención. No es sólo la taza de leche”, manifestaron quienes llevaban adelante merenderos.
En tanto, Fernando Schmidt, de Acción Social de Ruiz de Montoya, coincidió en el aumento de pedidos de asistencia de los vecinos. “Trabajamos con programas de provincia para la entrega de mercaderías y otras ayudas”, dijo.
En Montecarlo hace algunos años en la Municipalidad se creó la cocina centralizada donde se cocinaba todos los días para entregar el almuerzo en los comedores comunitarios de distintos barrios. Hace un tiempo se dejó de cocinar por decisión del Ejecutivo y se transformó esa ayuda alimentaria en módulos de mercaderías para que las familias puedan compartir el alimento dentro de su hogar.
La directora de Acción Social, Nadia Engler, comentó que “se amplió la cantidad significativamente de asistencia a los vecinos más vulnerables, por el momento apostamos a la entrega de mercadería por módulos, y la cocina centralizada se utiliza para cursos de capacitación gastronómica”. En estos últimos meses se asistió con módulos a unas 450 familias, el doble de lo que se asistía a inicios del 2024.
“Ahora cada vez son más y la diferencia es que son muchos adultos mayores que tienen alguna pensión o jubilación con la mínima, pero no alcanza. Los medicamentos son muy caros y la luz ni hablar. Ese es el problema de la mayoría y si deben alquilar es peor”, remarcó.
Fuente: www.elterritorio.com.ar